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RECICLAJE DE OBJETOS ELECTRONICOS
Cuando hablamos de RAEE nos referimos a residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, que son elementos muy peligrosos para la salud.
A primera vista, esta clase de residuos se compone de objetos comunes, como heladeras, microondas, televisores, herramientas eléctricas, juguetes. El problema de estos residuos es que, junto con los materiales reciclables, se encuentran sustancias altamente contaminantes, como plomo, mercurio, arsénico, cadmio y cromo hexavalente.
Estas sustancias no solo son tóxicas, sino que poseen gran capacidad de dañar el ambiente y afectar la salud de la población. Un ejemplo clave: el tubo de rayos catódicos de un solo televisor puede contaminar hasta 40 millones de litros de agua.
Pero los residuos electrónicos tienen componentes valorizables. El plástico, el hierro y el acero suman más del 50% de un RAEE promedio, que mediante el proceso adecuado, se pueden reutilizar en la producción de nuevos objetos electrónicos.
Así, no sólo se ahorra materia prima, sino que también se ahorra energía.
Pero como el reciclaje es un circuito, para lograr el procesamiento adecuado de objetos electrónicos, todos los involucrados deben tomar conciencia de su papel. Los usuarios de objetos electrónicos deben entender los problemas que conlleva una mala gestión de los residuos, y las empresas deben entender la responsabilidad extendida como un valor agregado que ofrecerán al consumidor.
Juntos, podemos lograr una correcta gestión de los RAEEs, para recuperar prácticamente el 100% de los materiales, y reducir el impacto ambiental al mínimo.
NORMA ISO 9001
Este año, estamos trabajando para añadir a nuestras certificaciones la norma ISO 9001:2015, que es la última versión del sistema de gestión de calidad más reconocido en el mundo.
Con esta nueva certificación, demostramos el compromiso y eficiencia que tenemos con cada uno de nuestros proyectos: En Centro de Reciclaje, los estándares que manejamos apuntan siempre a proveer un servicio de la más alta calidad.
La certificación ISO 9001 no implica solo agregar un título más a nuestra colección: ¡va mucho más allá! Les contamos cuál es la importancia de trabajar con empresas de reciclaje regidas bajo esta norma.
La importancia de la norma ISO 9001
¿Cómo demostrar que nuestra capacidad de brindar servicios satisfacen, a la vez, las normas vigentes en el rubro y los requisitos de cada cliente?
La forma más eficaz de hacerlo es estar certificados bajo las normas ISO (International Standarization Organization), específicamente bajo la norma ISO 9001 en su última versión.
Esta norma permite que nuestra empresa sea reconocida como parte de las más competitivas en el rubro, ya que significa que apostamos por la eficiencia en cada uno de nuestros procesos, para poder brindar servicios impecables.
Con la implementación de esta norma, podremos controlar cada proceso con el mayor detalle posible, evitando gastos y errores innecesarios, y ahorrando tiempo en la gestión.
Los beneficios de la certificación
¿En qué nos beneficia la certificación a nosotros y a nuestros clientes?
Estar certificados bajo la norma ISO 9001 implica acceder a ciertos acuerdos de calidad concertada con nuestros clientes. Además, elimina la necesidad de realizar múltiples auditorías; y al mantener altos estándares de eficiencia, control de gastos y eliminación de errores, podemos asegurar la satisfacción de cada cliente.
Para nosotros, esta certificación mejora el uso de los recursos, aumenta la motivación y la participación del personal en cada instancia de la gestión.
Además, nos motiva a entrar en un estado de mejora continua, manteniendo y superando constantemente la calidad en cada uno de nuestros procesos.
RECICLAJE EMPRESARIAL
Grandes, medianas y pequeñas empresas pueden ingresar en un ciclo más verde poniendo a disposición el scrap que se desprende de sus procesos de fabricación o crecimiento.
El primer paso para el proceso de reciclaje es definir el objetivo de la empresa en torno al cuidado del ecosistema al que pertenece, teniendo en cuenta la protección de su información y el bienestar de sus empleados.
En segundo lugar podemos definir el nivel de impacto a alcanzar. Reciclar el scrap es un gran punto de partida al que se pueden sumar reducciones en el consumo de energía, reutilización de plásticos, papeles y más.
Una vez asumido el compromiso, se clasifica el scrap para poder ser retirado con una adecuada logística. Para ello, desde Centro de Reciclajecontamos con una amplia flota disponible para la recolección en todos los puntos del país.
Cuando el scrap llega a nuestra planta, se clasifican los residuos de forma manual para poder avanzar en un ciclo de tratamiento mecanizado.
Por último, nuestro equipo analiza el material procesado para pasar a disposición final las fracciones no reciclables y poder transformar las fracciones reciclables en materia prima.
Terminado el proceso, la empresa contará con los certificados de Centro de Reciclaje (avalados por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable y el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible) que aseveran el fin del ciclo en cumplimiento con las normas vigentes.
De esta manera toda empresa puede aumentar su desempeño ambiental exitosamente.
PLAYAS DE PLASTICO
Según Infobae, el último Censo de Basura Costera develó que el plástico representa más del 80% de la basura en las playas de Buenos Aires.
«Diariamente toneladas de basura llegan a nuestros mares a través del sistema de drenaje, ríos, el viento, lo que arrojan las personas e industrias en los ambientes costeros, más los rellenos sanitarios mal manejados», dice el informe del censo 2018 realizado sobre 813.554 m² de playa en 16 localidades de la costa argentina.
A nivel global, se estima que más del 90% de los insumos plásticos fabricados jamás se recicló, por lo que científicos estiman que para el 2050 al menos 12.000 millones de toneladas de plásticos terminarán distribuidos en el ambiente.
Ante esta problemática, es crucial generar cambios en la forma de consumo habitual. Estas son algunas ideas a poner en práctica:
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Consumir gaseosa únicamente en botellas reutilizables.
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Tener cubiertos metálicos en la oficina para reemplazar descartables.
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Usar cepillos de dientes de bamboo e hisopos de madera.
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Prescindir de los sorbetes.
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Llevar bolsas de tela para hacer las compras.
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Usar tuppers de vidrio en lugar de plásticos.
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Reemplazar shampoo y crema de enjuague embotellados por productos en barra.
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Reemplazar separadores plásticos o papel film por papel manteca.
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Usar máquinas de afeitar metálicas y no las descartables.
A su vez, es imprescindible que las industrias que generan toneladas de desperdicios se comprometan a una correcta gestión de los mismos, recuperando la mayor cantidad de materia prima posible y garantizando la creación de un relleno sanitario seguro para el ambiente y para su población actual y futura.
